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miércoles, 17 de julio de 2013

MORTERO DE PIEDRA VOLCANICA CULTURA PEHUENCHE

                                                                               
 
 
 
 
 
 
 
 
En el centro de esta imagen se observa una pieza de similares características, con la base redonda completa. Esta exposición pertenece al museo de Leleque en Esquel, Provincia de Chubut, Argentina.
 
 
  
Mortero de piedra, c. siglo XVIII. Museo de los Corrales Viejos Parque de los Patricios


Toldos Pehuenches según un muy difundido grabado de Gay, en las primeras décadas del siglo pasado

Vestimenta




Pieza encontrada en los alrededores de Chos Malal aflorando en la superficie del suelo sobre la ladera de un cerro, falta la base que es sobre la que se practicaba la molienda generalmente para hacer harinas de piñones y pescado.

Posiblemente perteneciente a la cultura pehuenche.



LOS PEHUENCHES

UBICACIÓN GEOGRÁFICA


Un grupo de aborígenes denominados montañeses bajó desde la Cordillera de los Andes y sentó en el sur de Mendoza, sudoeste de San Luis, noroeste de La Pampa y la mitad occidental de Neuquén.

El nombre con que se los conoció Pehuenches, es de origen araucano, que significa pehuen: pino, piñón, che: gente, gente de los piñones o gente de los pinares.

En la Región de Cuyo, en las laderas de los Andes, vivieron los Puelches algarroberos, pueblo afín a los primeros.

ASPECTO FÍSICO:

Altos , delgados, muy ágiles y ligeros en el andar, de tez oscura.

USOS Y COSTUMBRES.

Sus hábitos de vida eran semejantes a los aborígenes patagónicos, particularmente su economía.

Eran recolectores de piñones de araucaria y pinos, frutos comestibles de sabor dulce, con los cuales elaboraban pan y una bebida fermentada semejante a la chicha. También recogían los frutos de otros árboles como molles y algarrobos. Esta actividad la realizaban una vez por año, y lo que no se consumía era almacenado en silos construidos debajo de la tierra para ser utilizados en épocas de sequía o de rigurosas heladas.

Cazaban venados, ñandúes, guanacos. Estas cacerías que les demandaban caminar muchos kilómetros en terrenos no precisamente llanos, las realizaban mediante arco y flecha, boleadoras de dos bolas. Cuando se produjo su araucanización, adoptaron la lanza larga.

El cuero que obtenían de los venados y guanacos, tenía múltiples usos. Desde las construcción y la fabricación de paredes y techos de toldos, hasta prendas de vestir y recipientes para contener líquidos. Con las plumas de ñandú y otras aves, hacían hermosos adornos que acompañaban sus vestimentas.

Estaban asentados cerca de cuencas lacustres, por lo tanto sabían construir canoas de juncos; y de los Huarpes, sus vecinos mendocinos, aprendieron la técnica de la cestería.

Practicaron el comercio con sus vecinos Mapuches, y como ellos mantuvieron una durísima lucha contra los españoles.

Intercambiaban caballos por vestidos, esta práctica, conocida como trueque los relacionaba con sus vecinos aborígenes y los españoles.

VIVIENDA Y VESTIMENTA

Vivieron en toldos de cueros sostenidos por ramas. Estos toldos se situaban cerca de los bosques para tener a mano los frutos. Su vestimenta era de cuero combinado con plumas, aros de cobre o plata (imitado a los araucanos) y pintura en la cara, brazos y piernas: para indicar duelo, guerra, etc.

miércoles, 10 de julio de 2013

ORNAMENTA DEL ESTRIBO DE UNA MONTURA DEL EJERCITO ARGENTINO CIRCA 1830


 
 
 
 
 
 
 
 
 

Esta pieza de bronce fue hallada en los alrededores del balneario monte hermoso cuyo nombre hace referencia a un médano que alcanzó a medir 36 metros de altura siendo visible a gran distancia, en lo que se conocía como “Punta Tejada”.
Este punto solo aparecía en las cartas preparadas por la expedición de Juan Manuel de Rosas al Río Negro en 1833.
Originariamente las tierras que hoy integran Monte Hermoso, fueron cedidas a mediados del siglo XIX a familiares de don Juan Manuel de Rosas.


Se encontró a una profundidad de 15 cm bajo la arena y su estado es tal cual se desenterró sin tener restauración o mejora alguna.

Este es un extracto que avala la presencia del ejercito de juan Manuel de Rosas en la zona

"La primera noche de la campaña la pasaron en un campamento que situaron a una legua al suroeste de la lagunalas Perdices, desde donde Rosas escribió a sus amigos de Buenos Aires para pedirle ganado, utilizando también los de su propiedad. Una vez que estos llegaron, se prosiguió la marcha el 31 de marzo  de 1833 hasta acampar en la margen este del arroyo Tapalqué. El 1 de abril se le incorporaron sus aliados tehuelches septentrionales (serranos o pampas) Cachul, Juan Catriel y Reilet con 600 guerreros indígenas, quedando el resto de sus tribus en la zona de Tapalqué, Tandil y Azul. Éstos, junto con los caciques Llanquelén, Fracamán y Cayapan, eran aliados de Rosas desde el parlamento de Tandil, varios años antes. El 2 de abril se incorporaron a la expedición las fuerzas que guarnecían la zona de Tapalqué: Batallón de Libertos de Infantería, escuadrones de línea N° 2, 3 y Escuadrón N° 4 de Campaña y un piquete de Infantería del Río de la Plata, con 2 piezas de artillería volante. El 3 de abril dejaron atrás la zona guarnecida y se internaron en el llamado desierto. El día 4 Rosas recibió una carta del cacique Cañiuquir pidiéndole el regreso de la expedición. El 18 de abril acamparon a orillas de la laguna Lafquen Monocó y el 22 en la margen derecha del arroyo Sauce Grande del Sur. El 25 de abril cruzaron el arroyo Napostá Grande, cerca de la Bahía Blanca, en donde permanecieron 3 días en espera del vestuario remitido, entre otros, por el amigo de Rosas Juan N. Terrero. Allí Rosas celebró conversaciones con Cañiuquir (o Cañuquir), quien viajó al efecto desde la sierra de Guaminí. Este mismo cacique, fue muerto en un ataque a Bahía  Blanca en 1834, junto 650 borogas.
El 1 de mayo la expedición continuó viaje siguiendo el rio Sauce Chico, acampando a 5 leguas. Desde allí Rosas viajó con su escolta hasta la Fortaleza Protectora Argentina (futura Bahía  Blanca ), en viaje de inspección de las municiones allí almacenadas y para recoger los pertrechos llegados por barco desde Buenos Aires, para lo que había despachado un día antes las carretas. Allí Rosas recibió noticias: el regreso de la columna del centro, que nada se sabía de la columna de Aldao y que el cacique Chocorí ya estaba alertado de la expedición en su contra. A la fortaleza llegaron también por mar soldados de refuerzo..."